Descripción o resumen: «Lo que a uno le pide el cuerpo, nada más acabar la lectura de esta novela, es coger el coche y salir disparado hasta el puerto de Somosierra. Allí, junto a un estrecho puente y una endiablada pendiente, tuvo lugar uno de los episodios más heroicos de la guerra de la Independencia. Hubo héroes y víctimas en los dos bandos (españoles y franceses), pero la gloria se la llevó Napoleón y, sobre todo, el tercer escuadrón de la Caballería Ligera Polaca. Tras varios intentos fallidos por tomar el puerto (las baterías españolas masacraron a cientos de soldados franceses), el emperador se la jugó a una carta. Era una misión imposible, pero el arrojo, el coñac y, quizá, esa pizca de suerte que suele caer del lado del que se siente superior, selló la boca a todos los asesores del corso, quienes consideraban aquel asalto un auténtico suicidio.